Llevo días intentando redactar esta entrada, empiezo, pero no puedo seguir, siento mucho haber estado sin publicar nada, el día 17 de Febrero falleció el tío Bartolomé, tenía programada una intervención de corazón y el suyo no puedo aguantar, ya os hablé de él cuando le preparé la tarta el verano pasado para celebrar su 70 cumpleaños, era de esas personas buenas, siempre con una sonrisa y dispuesto a todo, de las que no nos deberían dejar nunca, la vida nos ha jugado una mala pasada a todos los que le conocíamos y a él más; que tenía muchas ganas de vivir.
Pero cómo a él no le gustaría vernos así, hay que seguir con su recuerdo y por eso os traigo esta empanada que cómo el tío diría:
Esto pasa sin sentir, (no le hacía ascos ni al dulce ni al salado).
INGREDIENTES:
-2 láminas de hojaldre fresco.(el mío del lidl)
-3 morcillas de cebolla, de mi pueblo por supuesto.
-1 manzana, reineta si es posible o que sea ácida.
-1 huevo batido para pincelar.
Opcional, un puñado de pasas y/o piñones.(yo no las puse).
-opcional semillas de sésamo para poner por encima.
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 170º
Ponemos una lámina de hojaldre sobre una hoja de papel de hornear en la bandeja del horno, yo en la misma que trae el hojaldre, que estamos en crisis.
Extendemos bien la morcilla sin llegar a los bordes, ponemos por encima la manzana pelada y cortada en láminas finitas, y si queremos le añadimos un puñado de pasas y/o piñones (yo sólo morcilla y manzana).
Pincelamos los bordes con agua y cubrimos con la otra lámina de hojaldre. Pinchamos bien con un tenedor, (yo pasé el enrejador, así no tenía que pinchar), pincelamos con huevo batido, yo puse un poco de sésamo por encima y horneamos durante 30-35 minutos o hasta que veamos que el hojaldre está doradito, ya sabéis que cada horno es un mundo.
Dejamos templar y lista, dice Patricia que el día siguiente esta mas rica, lo difícil es esperar al día siguiente.